Un futuro más fresco y limpio: rápida expansión de los centros de datos

No es ningún secreto que estamos en medio de un auge global que altera la humanidad en el ámbito de los datos y la adopción digital. En 2010, el mundo produjo colectivamente dos zettabytes (2 billones de gigabytes) de datos; y los expertos pronostican que podríamos generar 175 zettabytes anuales para el 2025. En 2018, cada día se generaron más de 2,5 quintillones de bytes de datos, una cifra que sigue aumentando exponencialmente.

Esta explosión de datos tiene innumerables incidencias en nuestra sociedad. Desde la digitalización de los procesos y procedimientos comerciales heredados hasta el establecimiento de industrias completamente nuevas, la transmisión y el procesamiento de datos de alta velocidad están ayudando a crear un mundo más inteligente y conectado que nunca.

A pesar de toda la atención prestada a la nube, a la Internet de banda ancha y a otras infraestructuras "invisibles", el rápido crecimiento de las capacidades digitales está sustentado por una amplia red de infraestructura física. Los centros de datos, instalaciones en expansión equipadas con tecnología avanzada para el procesamiento de datos, funcionan como computadoras a gran escala y desempeñan un papel clave para permitir la transmisión de billones y billones de bytes de datos cada día. Y, como resultado de la pandemia de COVID-19, en 2020 se agregaron aproximadamente 17 millones de pies cuadrados de nueva capacidad a los centros de datos, lo que a su vez impulsó la demanda de tecnologías de componentes de conectividad fundamentales para las operaciones de los centros de datos.

No obstante, los beneficios que brindan los centros de datos no están exentos de consecuencias no deseadas. La potencia informática requerida para procesar cantidades tan grandes de datos de alta velocidad, a la que se le suma el gran volumen de productos electrónicos en las instalaciones, ha puesto al posible impacto ambiental de los centros de datos en el primer plano de la conversación general de la industria.

En 2020, se informó que la cantidad de operaciones informáticas realizadas en los centros de datos se quintuplicó con creces entre 2010 y 2018. Si tenemos en cuenta que hay entre siete y ocho millones de centros de datos en funcionamiento en el mundo, no es de extrañar que el 0,5 % de las emisiones globales de carbono sean generadas solo por los centros de datos, principalmente impulsados por el exceso de calor que debe eliminarse para evitar daños a los componentes críticos. Y, dado que los centros de datos ya representan el 1 % del uso total de energía global, existe una necesidad inmediata de garantizar que la proliferación continua de los centros de datos se administre de manera sostenible. Hemos visto algunos avances tempranos alentadores: durante ese mismo período comprendido entre 2010 y 2018, la energía consumida por los centros de datos creció solo un 6 % en relación con la quintuplicación de las operaciones informáticas, en gran parte debido a las mejoras en la eficiencia energética.

Si bien, a juzgar por las apariencias, abordar el impacto de millones de centros de datos a escala global es una tarea abrumadora, no necesita buscar más allá de los componentes de conectividad de un centro de datos determinado para obtener una solución potencial prometedora.

Casi tres cuartas partes de la producción térmica de un centro de datos es generada por su carga de tecnología de la información (TI). En TE Connectivity, estamos desarrollando e implementando tecnologías avanzadas de componentes que interconectan la distribución de energía y la infraestructura de carga de TI. Si bien el impacto de una sola interconexión puede ser pequeño, el beneficio acumulativo de una tecnología más eficiente distribuida entre las funciones que más energía consumen de un centro de datos tiene el potencial de generar un impacto significativo.

Por ejemplo, nuestra tecnología de puente térmico puede proporcionar hasta el doble de mejora en la resistencia térmica al disipar la carga de calor de un centro de datos. Esta mejora del rendimiento puede disminuir la necesidad de ventiladores con velocidades más altas y puede reducir las facturas de energía y el desperdicio, ya que implica una baja en la demanda de infraestructura de refrigeración para mantener una temperatura determinada. Si se los evalúa a lo largo de toda la vida útil de un centro de datos, los ahorros potenciales son significativos.

Los centros de datos son muy prometedores como la columna vertebral de nuestro futuro digital. A medida que buscamos mitigar el impacto ambiental, TE se compromete a trabajar con nuestros clientes en cada nivel de integración para ayudar a optimizar el rendimiento de los componentes y los centros de datos en general y permitir un crecimiento sostenible.

Si usted es inversionista y desea obtener más información sobre TE Connectivity, envíe un mensaje de correo electrónico a nuestro equipo de Relaciones con Inversionistas.